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Rutas por la ciudad

Ruta de los museos

La Plaza Mayor será nuestro punto de partida para esta ruta.
Bordeando la Catedral de Nuestra Señora de Gracia (única en España de estilo gótico-normando y considerada como una de las joyas de la arquitectura castellana) por la calle Obispo Valero, visitaremos el Palacio Episcopal (s. XVI y posteriores), residencia del Obispo de la diócesis, oficinas del Obispado y Archivos. Sobre la puerta, el escudo del Obispo Flores Osorio, bajo cuyo gobierno culminó la obra. También en esta calle, podemos ver el Museo Diocesano.
  
Siguiendo por la calle Canónigos, llegamos hasta la Plaza de Ronda, antes conocida como Plaza de los Teresillos (por el apelativo con se conocía a la familia que vivía allí). En ella tenemos la entrada a las Casas Colgadas: tres son las Casas Colgadas que se conservan, y que poco tienen que ver con las originales tras varias restauraciones sufridas. Pocos son los datos históricos disponibles cobre las originales Casas Colgadas. Datan del siglo XIV o principios del XV. En algún antiguo escrito se ha llegado a comentar su origen árabe, aunque es dudoso concretar su origen antes de la llegada de los cristianos. Más bien se sostiene la teoría de que sirvieron de residencias nobiliares.
En la actualidad en ellas se aloja el Museo de Arte Abstracto Español y un mesón. Estas Casas Colgadas se llaman Casa del Rey y Casa de la Sirena.
 
Tras pasar por un pasadizo (que fue en su día una de las puertas de acceso a la ciudad) bajo la Casa de la Sirena, llegamos  hasta el Puente de San Pablo. Construido a iniciativa del canónigo Juan del Pozo, inicialmente de piedra aproximadamente entre 1533 y 1589, formado por cinco arcos apoyados en pilares en forma de torres. Tras sufrir varios derrumbamientos, sería en 1902 cuando se sustituyó por el de hierro y madera actual, conservando del original, unos leves restos en las torres que lo sustentan. Tiene una altura de unos 60 metros aproximadamente.
Antes de cruzar el puente hacia el Parador de Turismo, debemos mirar la más popular figura escultórica de la ciudad: el Pastor de las Huesas del Vasallo. Una obra de Luis Marco Pérez de 1929, el cual tomó a un modelo real: un pastor de Valdecabras.
 
Atravesando el Puente de San Pablo llegamos hasta el Convento de San Pablo, construido por iniciativa de Juan del Pozo en 1523, fue ocupado en principio por los dominicos; posteriormente y hasta el 1974 se utilizó como seminario de los Padres Paules. Y desde 1993 es Parador Nacional de Turismo. A su lado, la Iglesia de San Pablo, donde a los pies de sus altar está enterrado el canónigo fundador. En esta iglesia tienen lugar los conciertos de la Semana de Música Religiosa que se celebra en Cuenca una semana antes de la Semana Santa.
No nos olvidamos de recordar, la maravillosa vista panorámica de la Hoz del Huécar, las Casas Colgadas, etc .....

Cruzamos de nuevo el Puente de San Pablo y llegamos hasta la Plaza de Ronda, lugar donde se encuentra el Museo de Cuenca, también conocido como la Casa de Curato, por ser residencia del titular de la parroquia de Santiago, ubicada en el interior de la Catedral. En él, se exhiben hallazgos encontrados en diversas excavaciones realizadas en la provincia (algunos de ellos del paleolítico). También tiene una biblioteca especializada en los temas que trata el museo.
 
Por la calle Colmillo salimos de nuevo a la Plaza Mayor y pasando bajo los arcos del Ayuntamiento y ya en la anteplaza, mediante unas escaleras, subimos a la Plaza de la Merced, compuesta por el Convento de las Esclavas del Santísimo Sacramento, con entrada por la anteplaza, el Seminario Conciliar de San Julián y la entrada al Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.

Ruta de las Rondas

Para esta ruta tomaremos como inicio la Plaza Mayor. De forma trapezoidal e irregular, con un suelo que sigue una cierta inclinación. Con una calle paralela, la calle Pilares a distinto nivel.

Formando parte de la Plaza Mayor, tenemos el Ayuntamiento (año 1762, durante el reinado de Carlos III), de estilo barroco, levantado sobre tres arcos de medio punto.

Al fondo de la Plaza Mayor, el Convento de las Petras (s. XVI y la iglesia del s. XVIII), sufriendo grandes destrozos en la guerra civil, se restauró casi por completo.

Y a la derecha del Ayuntamiento, y antes de iniciar la calle de San Pedro, la Catedral de Nuestra Señora de Gracia, única en España de estilo gótico-normando. Considerada como una de las joyas de la arquitectura castellana. Es posible que los trabajos de construcción comenzaran sobre los restos de una antigua mezquita, en el siglo XII. A partir de entonces ha sufrido muchas restauraciones, hasta llegar a ser como la vemos hoy en día.

Al comienzo de la calle de San Pedro tomaremos una estrecha calle que sale a la derecha: la Ronda de Julián Romero (famoso capitán de los Tercios españoles) o también conocida con el nombre de Ronda del Huécar.
La historia de esta Ronda se centra en un edificio: el antiguo Colegio de San José o Colegio de los Infantes de Coro de la Catedral (en la actualidad es un establecimiento hotelero). Pudiera ser que el pintor Velázquez en uno de sus visitas esbozara un primer boceto del cuadro Las Meninas en una de las salas del edificio.

Pero si la historia es escasa en esta ronda, no lo es así la belleza de sus vistas y el entramado de sus pasadizos que la comunican con la calle de San Pedro a lo largo de todo su recorrido.

A pocos metros más arriba del Colegio San José, podemos contemplar unas maravillosas vistas de la Hoz del Huécar desde una mirador en una pequeña plaza con una fuente. Y siguiendo un poco más arriba llegamos hasta la Universidad Menéndez Pelayo y Vicerrectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha (antiguo convento de las Carmelitas).

Seguimos con nuestra ruta hacia arriba y nos encontramos con el Archivo Histórico Provincial. En él se guarda el Fuero de Cuenca y los privilegios rodados. Pertenecía en un primer momento al Castillo y está fechado en el siglo XVII. Este edificio fue sede del Tribunal de la Inquisición (más tarde fue Cárcel), y hay leyendas macabras que hablan de él.

Sin abandonar este lugar veremos los restos del Castillo. El Arco de Bezudo, restaurado, una parte del torreón y algunos restos de muralla. Esta disponía de seis puertas y tres portillos. Actualmente se conservan la Puerta de San Juan y la Puerta de San Pablo.

Comenzamos el descenso hasta la Plaza del Trabuco,  pasando bajo el arco que comunica con la Ronda del Júcar y disfrutaremos de sus espléndidas vistas.

Siguiendo la calle Pilares, casi al final de la misma, y subiendo unas escaleras que la comunican con la Plaza Mayor, no encontramos con el  Convento de las Petras (también llamado de San Pedro y San Lorenzo). Se data en el siglo XVI, pero su iglesia se fecha en dos siglos más tarde. A lo largo de su historia ha sufrido numerosos incidentes por lo que está muy restaurado.

Ruta de los balcones del Júcar

Comenzaremos esta ruta en la calle Pilares, junto a la Plaza Mayor. Con viviendas que dan fiel reflejo del carácter de quienes las habitaron, fuera de todo lujo, por artesanos y comerciantes.Dos pasadizos comunican esta calle con el barrio de San Miguel: el primero, situado en el centro de la calle Pilares, y que desemboca en un bonito arco ojival. Y el segundo de los pasadizos, junto al convento de las Petras.
 
Bordeando el convento de las Petras, y siguiendo la calle Pilares, nuestra primera parada será, tras subir unas escaleras a la derecha, la Plaza de San Nicolás. Frente a ella y tras cruzar bajo un arco, la calle de San Pedro.
Junto a la Plaza de San Nicolás, la iglesia de San Nicolás, sencilla y de estilo renacentista.
 
Volviendo de nuevo a la calle Pilares, continuamos la bajada a la ermita de la Virgen de las Angustias. Situada al lado del río Júcar, y tras pasar bajo el Postigo de los Descalzos, nos encontramos a la izquierda con el antiguo convento de los Descalzos y la Cruz del Convertido que hay en el jardín del edificio (con la tradicional leyenda de la mano que hay grabada en la cruz, hacia el siglo XVIII).
 
Si seguimos un poco más abajo, nos encontramos con el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, s. XVII. (la original del s. XIV). Dentro del templo, la Virgen de las Angustias, de gran devoción en Cuenca, siendo el Viernes Santo día de especial interés, cuando los conquenses van a "acompañar a la Virgen" en su soledad y angustia tras la muerte de su hijo.
 
Si continuamos bajando por las escaleras que tenemos a la izquierda del Santuario llegamos una zona natural junto al río Júcar, el Recreo Peral, accesible desde la carretera mediante el Puente de los Descalzos.
 
Regresamos por la bajada a las Angustias que nos llevaron hasta la ermita y a la derecha, por la calle Armas (llamada así en recuerdo de que aquí estaban los talleres de forja de espadas) llegaremos hasta la Iglesia de San Miguel. Con una maravillosas vistas del Júcar y de los rascacielos. Junto a la iglesia, restos de los baños públicos construidos en la época árabe (frente al arco ojival que comunica la calle Pilares con el barrio de San Miguel).
Una gran escalinata nos conduce hasta el Rincón de Barreda (canónigo del siglo XVI). Mediante otra gran estrecha escalinata, saldremos a la anteplaza y pasando bajo los arcos del Ayuntamiento regresamos a la Plaza Mayor.

Ruta del Alcazar y la Judería

La Plaza Mayor será nuestro inicio de ruta.
 
Pasaremos por debajo de los arcos del Ayuntamiento hasta la anteplaza, que antes de que hubiese ninguna construcción era donde comenzaba el Alcázar, la residencia del gobernador musulmán de la ciudad. 

En la anteplaza podremos observar el Convento de las Santísimas Esclavas del Santísimo Sacramento, popularmente conocidas como "Las Blancas"; mediante las escaleras que hay al lado llegamos hasta la Plaza de la Merced, nombre dado por haber servido de sede a los Mercedarios Calzados y en la que tenemos tres edificios de interés: la Iglesia y Convento de la Merced (s.XVI), con dos portadas de estilo barroco (la más pequeña del Convento y la otra de la iglesia), el Seminario Conciliar de San Julián construido en 1745 y el Museo de las Ciencias inaugurado en 1999, y antiguo Asilo de Ancianos levantado en el siglo XVIII.
 
Bajada por la calle Zapaterías hasta la calle Alfonso VIII y posterior bajada a la calle Santa Catalina. Cerca de allí está la Iglesia de Santa Cruz (s. XVI)  donde tiene lugar una exposición permanente de artesanía conquense.

Ruta de las casonas o palacios

Comenzaremos esta ruta al inicio de la calle San Pedro, conocida como la más antigua de Cuenca, fue una calle señorial y calzada principal del primitivo núcleo de Cuenca en el momento en que se configuró como ciudad. Esta calle rompe con la verticalidad de otras calles del casco antiguo, de carácter más popular, encontrándonos casonas nobiliarias, escudos, amplios balcones y ventanas con rejería. También algunas iglesias y conventos. No podemos hablar la calle San Pedro sin recordar el nombre de otra calle no menos importante y bella: la Ronda del Huécar o Ronda de Julián romero.

Nada más empezar a subir la calle, y a mano derecha, en el número 2 veremos la Casa del canónigo Juan del Pozo, mecenas y fundador del convento de San Pablo y del puente homónimo. Se distingue en ella, una portada adintelada de sillería.

Un poco más arriba, tenemos los restos de la iglesia de San Pantaleón, una de las primeras parroquias de Cuenca, de las que sólo se conserva un precioso arco ojival a la entrada y símbolos que recuerdan el paso por estas tierras de los Caballeros del Temple. En su interior, una escultura representativa del poeta Federico Muelas).

 Junto al edifico anterior, el Convento de las Celadoras del Sagrado Corazón (s. XVII).
Frente al Convento de las Celadoras del Sagrado Corazón y tras pasar bajo un arco (sobre el que dicen vivió Esteban Jamete, entalladro excepcional cuya obra enriquece la Catedral conquense), tenemos la Plaza de San Nicolás. Junto a ella, la iglesia de San Nicolás, sencilla y de estilo renacentista.

Volviendo a la calle de San Pedro, a mano izquierda y unido a la iglesia de San Nicolás por una tribuna, se encuentra el Convento de las Angélicas (s. XVI).

Continuando con la subida, por la acera izquierda veremos el Antiguo Colegio de Jesuitas, cuya portada, excepcionalmente sobria, del s. XVII, está timbrada con el escudo imperial.
Más arriba de este edifico, tenemos el Palacio de los Mayorga o Toreno, con su escudo de armas en la fachada.

Ya en la Plaza del Trabuco, que debió de ser zona de servicios de la fortaleza, y que pone fin a la calle de San Pedro, nos encontramos con la iglesia de San Pedro, con toda probabilidad la primera parroquia cristiana que se construyó en la ciudad. Posiblemente de factura gótica y construida sobre restos de una antigua mezquita. No se puede dejar sin ver el techo de alfarjía en una de sus capillas laterales.

Y continuando nuestra subida, y para terminar esta ruta, podemos ver los restos del castillo (del que no se tiene nigún plano o información que permita establecer cuál fue el trazado exterior), el arco de Bezudo (por el que hizo su entrada el rey conquistador de Cuenca, Alfonso VIII), restos de muralla, el Tribunal de la Inquisición, la Cárcel, etc...

Ruta de las Arquitectura Vertical

Salida de la ruta desde la Plaza Mayor y descenso por la calle Alfonso VIII (nombre del conquistador de Cuenca) que la une con la parte baja de la ciudad. Se puede ver otro tipo estilo de viviendas distinto al que podemos ver por la calle de San Pedro (la otra gran calle de la parta alta) y se puede comprobar la verticalidad de las casas.
 
Según descendemos dejamos a la derecha una calle a distinto nivel, la calle Zapaterías, donde vivía el gremio de zapateros y que nos conduce a la Plaza del Carmen.
 

Continuando por la calle Alfonso VIII vemos que las casas no son, por lo general, como las de la calle de San pedro, señoriales, sino más bien mansiones de corte burgués y otras más humildes.
En el numero 36 de la calle Alfonso VIII tenemos la Casa de los Mendoza (s. XIV al XV). un poco más abajo, en el 87, tenemos la Casa del Corregidor (s. XVII), llamada también Cárcel Vieja, porque en sus sótanos estuvieron las celdas de la ciudad; y en el número 89 el Palacete de los Clemente de Aróstegui (s.XVII), notable familia de Villanueva de la Jara, con sus escudos nobiliarios, rejería y balcones en la restuarada fachada.
En el numero 87 podremos ver la Casa del Corregidor o también conocida como la Cárcel Vieja. Se trata de un bello palacete de planta rectangular y fábrica de sillería (s. XVII). Y en el numero 89 la Casa de los Clemente de Aróstegui, bella muestra de arquitectura barroca. Casa-Palacio del siglo XVII, con escudos nobiliarios, rejería y balcones en la restuarada fachada.
 
Al final de la calle Alfonso VIIII, tenemos  la iglesia de San Felipe, conocida también como Oratorio de San Felipe Neri (s. XVIII), adosada al convento de los Oblatos. Saqueada e incendiada en 1936, y restaurada tras la guerra civil, podemos contemplar en su interior una profusa decoración de estilo rococó.
 
Un poco más abajo, ya en la calle Andrés de Cabrera, la iglesia de San Juan Bautista, una de las primeras construidas en Cuenca, de la que hoy sólo se conserva una torre. Un poco más abajo, la Puerta de San Juan, una de las siete o nueve que permitía el paso de los ciudadanos a la ciudad, y la única que se conserva en pie de la primitiva estructura defensiva. Cuentan las leyendas que fué por esta puerta por donde pasaron las tropas de Alfonso VIII para conquistar la ciudad, ayudadas de un pastor: Martín Alhaja.

Un poco más abajo, la Audiencia Vieja, y frente a ésta, el Palacio de Justicia.

Al pasar la curva conocida popularmente como "de la Audiencia", continuamos el descenso por la calle Palafox, y a la  izquierda con el Edificio Palafox, que hasta los años 50 sirvió como Instituto de Bachillerato.

Un poco más abajo, el Puente de la Trinidad, sobre el río Huécar y sustentado por restos de la antigua muralla. En él, estuvo la Puerta de Huete o de Madrid, una de las que había en las antiguas murallas.

Al final del Puente de la Trinidad y dejando a la derecha un parque, llegamos al Puente de San Antón (seguramente construido sobre la antigua estructura de un puente medieval anterior a la conquista de Cuenca) y la iglesia de la Virgen de la Luz, bonita iglesia del siglo XVI, donde da comienzo la Hoz del Júcar y que guarda en su interior la imagen de Nuestra Señora de la Luz, patrona de la ciudad.

Paseo por el Huecar

Esta bonita ruta la comenzaremos en la Iglesia del Salvador (s. XVII). Durante el s. XIX fue la iglesia más importante de la ciudad. De estilo neogótico y situada en el barrio del Salvador, donde se encuentran dos calles cargadas de historia: la calle de la Moneda y la calle de los Tintes.

Bajamos por la calle San Vicente, a la derecha veremos las Escuelas del Obispo Palafox, y continuando por la calle Alonso de Ojeda llegaremos a la calle de la Moneda, calle estrechísima con una leyenda romántica que cuenta como el amor descubierto entre una caballero cristiano y una hermosa judía a través de dos ventanas, una en cada fachada de la calle, hizo que las dos casas fueron acercándose una a otra cada vez más.

Recorremos la calle de la Moneda, cargada de historia, en la que vivían gran cantidad de moriscos. Tras atravesar el túnel y pasar sobre el río Huécar, nos encontramos con la otra calle histórica: la calle de los Tintes, donde tenían su taller los artesanos que conseguían los denominados "colores de Cuenca", utilizados para teñir las lanas que tanta fama dieron a la ciudad. Destaca la antigua muralla y las fachadas con abundante coloración.
A la izquierda, un poco más allá, las Escalerillas del Gallo.

Ya en la Puerta de Valencia (de la que sólo se conserva el nombre y que fue una de las puertas de Cuenca, hoy desaparecida, donde cuentan que descansaron las tropas de Alfonso VIII), podemos contemplar el Convento de la Concepción Franciscana (s.XVI) conocido por los conquenses como las Concepcionistas de la Puerta de Valencia. Fundado en 1504 y con dos escudos sobre la portada.
 
Un edificio a destacar en esta zona: la Casa de las Rejas, con cuatro enormes y magníficas rejas y el escudo de la familia destacada que vivió aquí (hoy es un conocido establecimiento hotelero).

Cruzaremos el puente sobre el río Huécar desde donde comenzaremos nuestro paseo bordeando el río y disfrutando de las vistas del barrio de San Martín.

Pasamos junto al Teatro-Auditorio de Cuenca. Bonita construcción entre las rocas de la Hoz del Huécar inaugurado el año 1994.

Siguiendo el paseo, cogeremos el camino de la derecha (el de la cuesta) que nos conduce al Parador Nacional de Turismo y al Puente de San Pablo.

El camino de la izquierda nos conduce a dos pueblos conquenses con encanto: Molinos de Papel y Palomera.
Merece la pena subir la cuesta, pues una vez arriba, podemos contemplar las más bonitas vistas de la Hoz del Huécar, las Casas Colgadas, el Parador Nacional de Turismo (antiguo convento de San Pablo) y la Iglesia de San Pablo.

 
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